Cuando hablamos de la testosterona, se trata de la hormona sexual masculina más importante que provoca la aparición de las características sexuales masculinas secundarias y por el desempeño sexual de los hombres. ¿Será que cuanto más testosterona, mejor es la potencia?
Los científicos no han conseguido determinar con exactitud el impacto que ejerce la testosterona sobre la función sexual, sin embargo, ha sido establecida la relación entre el nivel de la hormona sexual y la actividad sexual.
Por otra parte, la testosterona baja es la causa más común de la disminución de la potencia. Precisamente la disminución del nivel de hormonas sexuales se asocia con el inicio de la menopausia masculina y con la disminución de la actividad sexual en hombres de la edad más avanzada.
Cuanta más testosterona, mejor la potencia
Desde hace mucho tiempo se observa que los hombres con niveles más elevados de la hormona sexual muestran el deseo sexual es más pronunciado en comparación con los hombres con niveles de la testosterona normales o reducidos.
A modo de ejemplo, podemos contar la historia de un carpintero de veintinueve años de la ciudad alemana de Nuremberg, cuyos niveles de testosterona superaban veinte veces la norma. El número de actos sexuales del hombre podía superar hasta 10 coitos al día hasta agotando al grupo de mujeres, que iban dejándolo una por una.
El hombre padecía un deseo sexual irresistible que lo distraía de su trabajo y de otros asuntos. Como resultado, al pobre hombre le reconocieron incapaz de trabajar y le adjudicaron una pensión a los veintinueve años. Êl intentaba curarse de su dependencia sexual, iba consultando a diferentes médicos, pero nadie consiguió ayudarle.
¿En qué casos más no significa mejor?
Cuando se toma la testosterona artificial o sintética, que se introduce en el cuerpo por una variedad de suplementos nutritivos, pastillas o por medio de inyecciones diferentes, después de la interrupción del tratamiento con la testosterona sintética se observa una disminución significativa de la potencia. Esto se debe a que la producción de hormonas propia está suspendida o muy insignificante. Cuando la testosterona se introduce artificialmente en el cuerpo, la glándula pituitaria registra el nivel de testosterona en el cuerpo y, si el nivel es suficiente, da instrucciones a los testículos para no producir más hormonas sexuales. De esta forma se rompe la secuencia natural de producción de la testosterona.
La disminución en la producción de testosterona propia y de la potencia en este caso dependerá de la duración de la toma hormonas sintéticas y de su dosis. Un tiempo después de la ingesta de la hormona sintética, la producción natural volverá al mismo nivel.
